Si las manos hablaran...

Si las manos hablaran…

Si las manos hablaran dirían que un día se sostuvieron fuerte la una a la otra.

Que a veces una tomaba con más fuerza a la otra para jalarla,

Y la otra se resistía en tiempos y accedía en otros.

Si las manos hablaran contarían cómo se movían cuando relataban sueños

Cómo se encrespaban con anécdotas de esperanza y pasión

Cómo a veces no tenían manera de acompañar la palabra porque ni ellas mismas la entendían.

Si las manos hablaran contarían las veces que al unirse se sintieron plenas, vivas, profundamente amadas.

Narrarían momentos en los que al despertar en sus cuencos había pequeñas manos que se parecían a si mismas, que habían surgido de su entrega amorosa.

Cantarían el gozo de haberse visto llenas de alegría, de regalos, de momentos, de cosas bellísimas que pudieron agarrar y también soltar.

Si las manos hablaran contarían cuentos de encuentros miles con el pretexto de un café en las que se unieron y a veces también se separaron sin saber por qué.

Si las manos hablaran recordarían las veces que tomaron una pluma o un teclado de computadora y escribieron lo que el corazón les dictaba, sin entenderlo mucho, solo obedientes al fluir de sentimientos, pensamientos e ideas….

A veces se resistían más a escribir, otras lo imploraban y obligaban al corazón a dictarles.

Si las manos hablaran contarían cuando un día se encontraron a sí mismas y quisieron tomarse una a otra fuertemente y se preguntarían si a veces no apretaron o soltaron demasiado, si hicieron daño o si acariciaron lo suficiente.

Las manos hablaron ayer para decir adiós sin saber si el abrazo y la caricia final pudieron comunicar el agradecimiento de haberse encontrado un día sin saber cómo ni hasta cuándo.

Rosy, el ruiseñor